Desde la aparición de los cigarrillos electrónicos, han sido muchos los avances que hemos experimentado, con increíbles mejoras en todos los dispositivos de vapeo.
El Servicio de Salud británico señala que son un 95% menos dañinos que el tabaco y esperan que puedan ser recetados con fines médicos.
Un nuevo estudio publicado en la edición de diciembre 2014 de Reguladora de Toxicología y Farmacología encontró datos concluyentes de que el vapor emitido por e-cigs y dispositivos personales de vapor no es tóxico. En otras palabras, el vaping es seguro.
La agencia federal había declarado anteriormente que los vapers tenían un riesgo elevado de desarrollar complicaciones relacionadas con COVID-19.
«No hay suficiente investigación y el apoyo de cigarrillo electrónico». «Las búsquedas son pocas, y no es capaz de demostrar nada».
Meses después de que numerosos estados prohibieran o regularan excesivamente los cigarrillos electrónicos, los investigadores del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice realizaron un estudio y concluyeron que el vapeo ofrece ventajas de salud significativas sobre el tabaco fumable, y que las prohibiciones son una respuesta inapropiada a un problema limitado en el gasto de la sociedad en general.